Mi historia personal: por qué me dedico a acompañar mujeres desde un enfoque femenino y humanista
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mayo 9, 2019ADVERTENCIA: Este post contiene datos meramente fisiológicos, es decir, cómo reacciona nuestro cuerpo frente a los estímulos de la música y la danza. Por si hay alguna mujer por aquí que le interese saber los efectos de la psicodanza desde una perspectiva científica. Y fiel a mi principio de construir actitudes integrativas, internas y externas, como un camino hacia el bienestar, siempre habrá en mis espacios un lugar para todas. Allí vamos…
El enfoque de la Psicodanza Integrativa, desde el punto de vista biológico, consiste en la integración de los sistemas psíquicos, inmunológicos, neurológicos y endocrinos, activando e integrando sentimientos nobles que contribuyan al mayor bienestar posible, impulsando la evolución y el desarrollo de cada mujer hacia una vida digna personal y en comunidad.
Las vivencias en este método activan diferentes sinapsis en el sistema nervioso y éste se encarga de liberar estímulos eléctricos y sustancias químicas que actúan como emisarios a diferentes glándulas y órganos del cuerpo que influyen en el sentir y actuar de la persona. El sistema nervioso agrupa dos sistemas, el simpático y el parasimpático, que aseguran el funcionamiento del organismo.
El sistema simpático se encarga de la movilización de la energía y su distribución a los órganos que la requieren. Tiene una función de activación de la atención y la acción, actividades relacionadas con el mundo externo. Es activado en la primera parte de la sesión, permitiendo, mediante una serie de fenómenos, los siguientes efectos:
- aumenta el flujo de sangre en el encéfalo (cerebro, cerebelo, bulbo raquídeo) el corazón, los pulmones y los músculos. La sangre se distribuye en los órganos que desempeñan un papel prioritario en la respuesta al estrés.
- Se acelera la respiración, se dilatan los bronquios, mejora la oxigenación de la sangre.
- Aumenta el ritmo cardíaco, crece la presión arterial y aumenta el diámetro de los vasos sanguíneos, permitiendo así una mejor irrigación de los músculos esqueléticos, que disponen de una mayor cantidad de energía.
En la segunda parte de la sesión la música suave y dulce, las danzas con movimientos lentos, la luz tenue y el tono de voz calmo, inducen estados de relajación y asimilación, activando el sistema parasimpático, produciendo los siguientes efectos:
- Disminuye el ritmo cardíaco.
- Aumenta la secreción de las glándulas lagrimales y salivares.
- Predisposición al sueño y al reposo. Poder parar la mente.
- Activación del eros o placer en general.
- Recuperar la energía vital y poder reconstituir las reservas energéticas.
Estas funciones pertenecen sobre todo al hipotálamo que tiene la función de promover la conservación de la vida y la autoregulación del organismo. Es el punto de partida del conjunto de reacciones frente al estrés. Esta zona centraliza la información de todos los órganos de los sentidos y se puede considerar por lo tanto, como el centro de la somatización. En el caso del estrés, se produce un agotamiento del simpático y el parasimpático se encuentra confundido y no logra reaccionar.
Algunas mujeres tienen un comportamiento relacional más influenciado hacia el exterior, suelen ser dinámicas, ansiosas y con tendencia al estrés, en cambio en otras puede predominar un carácter más sereno, con tendencia a la quietud, menos en alerta. Por lo tanto, la sesión ayuda a ambas a equilibrarse.
Como hemos visto, los efectos en el comportamiento y en la salud están dados por la activación del sistema simpático y límbico, éstos a su vez liberan los siguientes neurotransmisores:
- Dopamina: encargada del humor ocasionando estados de placer, alegría y sentimientos de poder, es la hormona de sentir el sabor de la vida y ayuda en el desarrollo de la disciplina motivando la confianza en sí mismas, el sentimiento de generosidad, fe, libertad. y el aprendizaje constante. Es la hormona encargada de generar vivencias de amor a sí mismo y sentimientos de éxito. Uno experimenta muchas ganas de vivir.
- Serotonina: que actúa como antidepresivo, aumenta regulando el sueño, el apetito y el sexo.
- Noradrelanina: que produce la sensación de vitalidad. Modera la respuesta del cerebro al estrés, y produce neuroquímicos como las endorfinas o la serotonina, que ayudan a mejorar el estado de ánimo.
- Adrenalina: se libera con emociones de rabia, miedo, fuerza y angustia. A lo largo de las sesiones las mujeres evolucionan logrando armonizar sus emociones como la cólera, el miedo, la frustración, la impotencia, etc.
- Endorfinas: que calman el dolor e inducen sensaciones de placer.
- Oxitocina: hormona que disminuye el miedo, las fobias sociales, el miedo a ser humillado o avergonzado.
- Asimismo, se liberan las hormonas sexuales: estrógenos activando los órganos sexuales, regulando el ciclo menstrual en las mujeres y despertando el deseo y la capacidad de disfrutar del propio cuerpo.
Toda la sesión estimula diferentes partes del cerebro que están relacionadas con emociones positivas que refuerzan el sistema inmunológico. A nivel cognitivo mejora a atención y se refuerzan los circuitos neuronales relacionados con la voluntad.
El diseño de la Psicodanza permite el equilibrio nervioso tan buscado entre la actividad del sistema simpático y el parasimpático. El sistema nervioso y el sistema endocrino junto al sistema inmunológico actúan permanentemente imbricados en el mantenimiento de la salud. Su desregulación produce enfermedades que pueden manifestarse en el plano físico o psicológico.
En el trabajo de estos últimos años con grupos de mujeres, junto a Raquel González Buisán hemos constatado el efecto de sensibilización y transformación profunda de esta metodología, observando en las participantes un aumento de su salud y cambios positivos en su forma de ver y abordar la vida.
A nivel psicológico, se potencia el desarrollo de una identidad personal positiva, se adquieren habilidades y herramientas que permiten comprender y resolver los desafíos de la vida recuperando un equilibrio saludable.
A nivel físico, se relajan las tensiones musculares, se favorece la irrigación sanguínea de las glándulas y órganos por el estímulo del sistema simpático y parasimpático en todo el cuerpo, disminuyendo la ansiedad, la angustia, los miedos y el estrés. Asimismo, la gran sensibilidad que despierta el contacto corporal produce un efecto de renacimiento a nivel celular y enriquecimiento de la red neuronal sanando traumas y patrones enquistados.
Espero que te haya sido útil y como “no es lo mismo contarlo que vivirlo”, te invito a participar para que lo experimentes. Cada mes hay un encuentro de mujeres online para conectar con nosotras mismas desde el movimiento.