Este es el origen del patriarcado. Un paradigma donde predomina el aspecto masculino sobre el femenino. Esto se traduce a que vivimos desde hace miles de años en un estado mental masculino donde rige y se le da más valor al hemisferio izquierdo: lo racional, el poder material, la individualidad, la competitividad, la acción frenética, la agresividad, el “deber y el tener” y se infravalora la expresión de nuestro hemisferio derecho femenino: lo afectivo, amoroso, simbólico, el sostén, el “ser” y el reposo.
Aquí es necesario aclarar que los hombres no son los culpables, los bárbaros, que tenemos que quitarles el poder o enfrentarnos a ellos. Seamos conscientes que las consecuencias del patriarcado, que es la desconexión con nuestro hemisferio derecho, lo sufrimos todos: mujeres, hombres y niños.
Como mujeres es nuestra responsabilidad volver a reconectarnos con nuestro poder y sabiduría interior. Y quizás, a través de nuestro ejemplo, los hombres puedan ver en nosotras cómo es este principio femenino y cultivarlo en ellos mismos.
Todos necesitamos unir dentro nuestro estas dos energías. Las experiencias de la vida no se pueden explicar ni experimentar únicamente desde la parte lógica-racional de la mente ni desde la intuitiva- simbólica. Las dos energías son necesarias para todos los procesos de la vida seamos hombres o mujeres.
Si la persona, hombre o mujer, tiene un exceso de energía femenina sucederá que le faltará “tono” o autoridad, le costará poner límites, manifestar sus visiones en acciones concretas, sufrirá de un sentimentalismo desbordado, dependencia, autoboicot, priorizará las necesidades de los demás sobre las propias, se victimizará con facilidad, etc.
Si fuera al revés y la persona tuviera un exceso de energía masculina, tenderá a ser dominante, muy mental, demasiado exigente, perfeccionista, fría, competitiva, agresiva, obsesiva, irónica, insegura, cruel, pondrá la responsabilidad o la “culpa” en los otros o en las situaciones, le costará registrar el cansancio y la información que le va dando su cuerpo, es muy probable que sufra estrés, reiteradas enfermedades y fuertes contracturas musculares. Y por supuesto padecerá una fuerte represión emocional, entre otras cosas.
Ningún extremo es bueno. Necesitamos reconocer, equilibrar y unir estas dos energías en nosotras mismas para vivir en armonía.
Para crear nuestros estados de salud y bienestar, es muy importante, que conozcamos e integremos el poder de la energía femenina y sus implicaciones y que recuperemos nuestra sabiduría esencial a través del significado energético que nos ofrece nuestra ciclicidad femenina.
Esto quiere decir, que a las mujeres nos rige el ciclo de la luna. Entre luna y luna pasamos por 4 estados. Estos estados también están unidos a las fases de nuestro ciclo menstrual y están representados por arquetipos femeninos.
Por eso, es están importante que conectemos conscientemente con nuestro cuerpo y sus ciclos. Esto nos permite desarrollar y desplegar todo nuestro potencial femenino – masculino y tomar el poder que llevamos dentro.
2 Comments
Hola hacia mucho tiempo necesitaba esta informacion 🙁 al fin voy a poder terminar el trabajo del semestre muchas gracias T.T
Me alegro!!! 😊