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mayo 24, 2019Durante miles de años, en nuestra organización social patriarcal, el rol de la mujer ha sido de cuidadora, su energía estuvo enfocada al exterior, a servir y velar por el bienestar de los demás. Tanto se cronificó esta actitud que la mujer perdió la conexión y la confianza con su voz y su mundo interior. El ruido y la presión de la vida mundana fue tan fuerte que dejó de percibir los mensajes sutiles que le llegaban desde su Espíritu.
Al ceder su poder fuera y dejar de ocuparse de sí misma y de sus propias necesidades, la duda, la inestabilidad, la confusión, la influenciabilidad, la permanente búsqueda de consejo, la dispersión y el miedo encarnaron en ella bloqueando el acceso a la comunicación con su sabiduría y poder interior dejando de percibir las enseñanzas claras y directas provenientes de su autoconciencia, autovaloración y autoconfianza.
En la actualidad, lamentablemente, sigue afectándonos este olvido de nosotras mismas. El despertar y la sanación de las mujeres comienza por reestablecer nuestra comunicación interna, velar y custodiar nuestro derecho a ser guiadas por nuestro Espíritu, porque este a su vez está comunicado con la gran Fuente Creadora de Vida o Divinidad. Es importante que permitamos que la espiritualidad sea parte de nuestra vida y que nos permitamos una relación con la divinidad, que no es más que la comunicación profunda e integrada con nosotras mismas.
El Arquetipo de la Guerrera Espiritual es aquella mujer que se reconoce como un instrumento de su Espíritu y está en la permanente práctica de activar los tres caminos de la conciencia: el camino de la mente, el camino del corazón y el camino de los instintos (pasión y naturaleza).
El equilibrio armónico de los tres le permitirá iniciarse en el cuarto camino llamado camino del medio o camino dorado que es la unión de todos sus cuerpos. Esta integración le hará recordar que es un ser espiritual teniendo una experiencia terrenal para evolucionar y que su aprendizaje consiste en es ser de este mundo sin serlo.
Estos caminos representan en ella el sagrado árbol de la vida que la conecta con los tres canales o niveles de comunicación que posee: desde los pies hasta el plexo solar representa su raíz que la comunica con su mundo interior, con su cuerpo, con poder reconocer sus necesidades y satisfacerlas, poder vivir la vida con pasión y vitalidad sin enroscarse ni deprimirse. Desde el pecho hasta la garganta representa su tronco que la comunica con el mundo del medio, con sus relaciones personales, sociales, con poder expresar su verdad y abrir su corazón para amar. La cabeza, representa la copa del Árbol de Vida que la conecta con el mundo superior, con la comunicación con su Espíritu y con la Divinidad. Este circuito funciona de manera integrada, no puede darse por separado, por eso la comunicación se repite cíclicamente: raíz-tronco-copa y vuelve a comenzar: raíz-tronco-copa.
Está triple comunicación inicia a la Guerrera Espiritual en el camino del medio o «el camino de la flecha» que la conduce directamente a unir cielo y tierra en su propio cuerpo. El arco representa la promesa que le ha hecho a su Espíritu: “Mi flecha se mantendrá siempre en dirección a la confianza (aún en los momentos oscuros) aún en la incertidumbre, aún cuando sienta que el mundo se derrumba a mi alrededor. Me mantendré firme en mi árbol de vida, permitiendo que la energía de la tierra y del cielo fluyan en mí ayudándome a confiar plenamente en los mensajes que provienen desde mi interior. Prometo seguir sus dictámenes. Me reconozco como una Guerrera del Espíritu”
Conoce el arte de equilibrar los principios femeninos y masculinos que habitan en ella. Persigue la meta que le indica su intuición, abrazando y siendo leal a sus ideales pero también es sensible, consciente, valora, aprende y se sorprende del camino que está recorriendo. Sin prisas, pero sin pausa, con paciencia y con pasión está enfocada en seguir los pasos de su confirmación interna, lo que le dicta su voz interior.
En las noches oscuras de su alma, cuando se encuentra con su vacío y sus propias sombras o heridas, su inteligencia le indica que no tiene que hacer nada, no tiene que intervenir ni dirigir ni intentar controlar el proceso, sólo tiene que aferrarse a su Espíritu a través de un rezo u oración que le sirva de faro mientras dure la oscuridad. Su corazón comienza hablar con su Espíritu: «guía mis pasos en el perfecto patrón que trae mi Ser, ayúdame a tener una profunda comprensión y sabiduría. Que se haga tu voluntad y no la mía”
La Guerrera se vale de su propio poder y autoridad, aprendiendo a sintonizarse con su sabiduría interior que le indicará como una brújula hacia donde debe dirigirse. Sabe que cuando se pierde es cuando se encuentra a sí misma.
Tener confianza en ser guiadas es esencial para acceder al camino del medio. Tener fe que nuestro Espíritu nos proveerá de todo lo que necesitamos y tener confianza en que lo que se nos dé, será para nuestra evolución. Tener confianza en nuestra esencia y en que los demás están en su camino perfecto. Tener confianza en nuestros sentimientos, en nuestra maestría interior, en nuestra guía momento a momento. La confianza es un conducto abierto y directo hacia nuestra espiritualidad.
Pongamos intenciones claras en todo lo que hagamos. Seamos impecables con nuestra energía, encaucemosla en nuestro beneficio y en beneficio de quienes nos rodean y del planeta. Todas tenemos la habilidad de percibir y comprender nuestra sabiduría interior, de convertirnos en Guerreras Espirituales. La clave es Confiar y ser la guardiana de la unión de todos tus cuerpos, de la integración de tu Espíritu con tu personalidad. Sintonicemos con la vibración del amor y nuestras intenciones atraerán todo aquello que necesitamos para nuestra evolución.
¡Pongamos atención a los mensajes sutiles que provienen desde lo más profundo de nosotras mismas y atrevámonos a seguir nuestra brújula espiritual!
Cada uno de estos caminos corresponde a una etapa vital o fase de la Mujer y cada una está representada por un arquetipo femenino, el camino de los instintos es el camino de la Doncella, el camino del corazón es el de la Madre, el camino de la mente intuitiva es el camino de la Chamana y el cuarto camino del Espíritu es el camino de la Anciana.
3 Comments
Gracias por compartir esta enseñanza para el crecimiento y dirección de quién buscamos la paz.acepto la información que me puedas compartir en PDF gracias .
Gracias por compartirlo.
Muchas gracias Delia por tu receptividad! Un abrazo!