Está triple comunicación inicia a la Guerrera Espiritual en el camino del medio o «el camino de la flecha» que la conduce directamente a unir cielo y tierra en su propio cuerpo. El arco representa la promesa que le ha hecho a su Espíritu: “ Mi flecha se mantendrá siempre en dirección a la confianza (aún en los momentos oscuros) aún en la incertidumbre, aún cuando sienta que el mundo se derrumba a mi alrededor. Me mantendré firme en mi Árbol de vida, permitiendo que la energía de la tierra y del cielo fluyan en mí ayudándome a confiar plenamente en los mensajes que provienen desde mi interior. Prometo seguir sus dictámenes. Me reconozco como una Guerrera del Espíritu”
Conoce el arte de equilibrar los principios femeninos y masculinos que habitan en ella. Persigue la meta que le indica su intuición, abrazando y siendo leal a sus ideales pero también es sensible, consciente, valora, aprende y se sorprende del camino que está recorriendo. Sin prisas, pero sin pausa, con paciencia y con pasión está enfocada en seguir los pasos de su confirmación interna, lo que le dicta su voz interior.
En las noches oscuras de su alma, cuando se encuentra con su vacío y sus propias sombras o heridas, su inteligencia le indica que no tiene que hacer nada, no tiene que intervenir ni dirigir ni intentar controlar el proceso, sólo tiene que aferrarse a su Espíritu a través de un rezo u oración que le sirva de faro mientras dure la oscuridad. Su corazón comienza hablar con su Espíritu: «guía mis pasos en el perfecto patrón que trae mi Ser, ayúdame a tener una profunda comprensión y sabiduría. Que se haga tu voluntad y no la mía”
La Guerrera se vale de su propio poder y autoridad, aprendiendo a sintonizarse con su sabiduría interior que le indicará como una brújula hacia donde debe dirigirse. Sabe que cuando se pierde es cuando se encuentra a sí misma.
Tener confianza en ser guiadas es esencial para acceder al camino del medio. Tener fe que nuestro Espíritu nos proveerá de todo lo que necesitamos y tener confianza en que lo que se nos dé, será para nuestra evolución. Tener confianza en nuestra esencia y en que los demás están en su camino perfecto. Tener confianza en nuestros sentimientos, en nuestra maestría interior, en nuestra guía momento a momento. La confianza es un conducto abierto y directo hacia nuestra espiritualidad.
Pongamos intenciones claras en todo lo que hagamos. Seamos impecables con nuestra energía, encaucemosla en nuestro beneficio y en beneficio de quienes nos rodean y del planeta. Todas tenemos la habilidad de percibir y comprender nuestra sabiduría interior, de convertirnos en Guerreras Espirituales. La clave es Confiar y ser la guardiana de la unión de todos tus cuerpos, de la integración de tu Espíritu con tu personalidad. Sintonicemos con la vibración del amor y nuestras intenciones atraerán todo aquello que necesitamos para nuestra evolución.
¡Pongamos atención a los mensajes sutiles que provienen desde lo más profundo de nosotras mismas y atrevámonos a seguir nuestra brújula espiritual!
Cada uno de estos caminos corresponde a una etapa vital o fase de la Mujer y cada una está representada por un arquetipo femenino, el camino de los instintos es el camino de la Doncella, el camino del corazón es el de la Madre, el camino de la mente intuitiva es el camino de la Chamana y el cuarto camino del Espíritu es el camino de la Anciana.
3 Comments
Gracias por compartir esta enseñanza para el crecimiento y dirección de quién buscamos la paz.acepto la información que me puedas compartir en PDF gracias .
Gracias por compartirlo.
Muchas gracias Delia por tu receptividad! Un abrazo!